Me tomó dos días leer esta novela de 131 páginas, pero fue
suficiente para llevarme por un nostálgico recuerdo de mi juventud, a esa época
donde tenía veinte años y llevaba también una vida bohemia con aspiraciones de
convertirme en escritor. Al igual que los personajes de
la novela me solía
reunir con compañeros escritores y
poetas. Compartíamos nuestros escritos, leíamos poesías de nuestros autores
preferidos y hablábamos del amor, la amistad, el descubrimiento de la vida y
nuestras obsesiones. Todo esto compone la atmósfera de la novela, que es el
ambiente que rodea a la protagonista, Jacqueline Delanque,.
Jacqueline Delanque vive en París, tiene veintidós años y
convive con los jóvenes bohemios del Paris de los años 60. En la voz de los diferentes personajes
que la conocieron durante esa época, y de ella misma, es como la vamos conociendo:
Una joven solitaria, confundida y atormentada. Cada uno de los personajes que
tuvieron alguna relación con ella nos van aportando detalles de su vida, todos ubicados en la época en que
se reunían en el café Le Condé.
Esta novela fue, como dice Charles Aznavour en aquella canción Je n’ai rien oublie, volver y darse un baño de adolescencia, un delicioso retorno a los recuerdos de mi juventud.
Modiano, Patrick. En el café de la juventud perdida. Anagrama, 2008, Barcelona.
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