Tenía 27 años, unos meses atrás había conocido a I… y ya habíamos
salido algunas veces.
En esos días hice un viaje con dos amigos a Chiapas; nos
fuimos en auto, manejando alternadamente en turnos de dos horas. Pasamos la
primera noche en la selva de Palenque, donde me tomaron esa foto; al día
siguiente nos fuimos a Playa del Carmen donde nos quedamos en una tienda de
campaña a unos metros de la playa. Esa noche, como la anterior, bebimos mucho,
cantamos, reímos y comimos atún directo de las latas; en un momento de la
velada experimenté una extraña necesidad y fui a un teléfono de monedas donde marqué
a casa de I…. Nadie contestó, después supe que se había ido a León con su
familia.
Recuerdo mucho esa noche porque tenía a mis amigos, tenía la
aventura de la libertad, tenía la alegría del alcohol, la juventud, la noche,
el mar y el sonido de la solas rompiendo en la oscuridad. Y, sin embargo, quería
escucharla. Deseaba oír su voz. Esa noche me di cuenta que estaba jodido. Esa
noche me di cuenta que estaba enamorado de ella.
De vuelta de aquel viaje sólo pensaba en decírselo. En una especie de poema le expliqué lo que había sucedido en Playa del Carmen. Unas noches después fui a su casa, no había mucho que explicar: Nos besamos por primera vez.
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