Mi nombre es Alan, soy
mexicano, tengo 36 años y estoy soltero.
Todo va bien hasta que
dices que eres soltero. Eso algunas personas lo ven como una disfuncionalidad
cuya gravedad es proporcional a la edad que tengas. La soltería es interpretada como sinónimo de inadaptación,
de soledad, de incapacidad para “conseguir” una pareja, como si se tratara de
conseguir un auto.
Creo que aún en
nuestra sociedad la soltería no esta bien aceptada, vamos, no es vista de forma “saludable”.
Lo sano para un ser humano es la pareja, el matrimonio, la familia tradicional
y milenaria, incorruptible.
Resulta difícil
concebir que un ser humano decida vivir en la soltería; automáticamente
te conviertes en el depósito de la conmiseración, en el solitario, el
inadaptado, el amputado emocional; te miran como a un ser incompleto,
inconcluso, extraño y extravagante.
En esta sociedad la
soltería es vista casi como una herida a la que todos quieren curar. ¿A quién que
sea solter@ no han intentado “curarl@” presentándole amig@s, instándol@ a que
salga, que vaya a bailes, a reuniones, etc.?
¿Necesitamos ser
curados? ¿Estamos, de alguna manera, enfermos? ¿Somos seres necesitados,
carentes de amor? Por oposición, parados en el punto de referencia desde el que
nos miran –o sea, desde la vida en pareja- ¿Los casados son felices? ¿Todas las
parejas son funcionales? ¿Es en pareja donde se alcanza el estado ideal? ¿Todo
hombre o mujer que vive en pareja es “sana”?
Parece ser que en
últimos años la soltería va siendo una opción más de vida y no sólo una
consecuencia trágica. Parado en mis 36
años, conozco mujeres y hombres que, como yo, viven solos. Pero aquí me refiero
no solamente a no contar con una pareja sentimental, sino también a quienes
vivimos sol@s, literalmente. Pero me parece justo incluir también a aquellos
quienes son padres o madres solter@s.
Y la soltería, para
quienes las han vivido, la viven o jamás la vivieron –mal por estos últimos-
tiene sus convenientes e inconvenientes. También, como el matrimonio, adolece
de sus mitos y de sus prejuicios.
Me canse de que el amor existía solo cuando la billetera estaba saludable. Realmente soy muy feo tampoco me gusto a mi mismo soy un tipo aburrido solo pienso en trabajar es más no se ni para que trabajo, a veces pienso que es para tapar mis vacíos emocionales de no hacer lo que los demás hacen un fin de semana, salir en bicicleta caminar por montañas ir a cine invitar amigas a salir o pasar tiempo de calidad con sus familias. La desconfianza se inició cuando una frustración me convenció de que no soy alguien para el puesto de ser pareja de alguna mujer. Algo así como un aviso y una cachetada estilo batman a Robin...maldito imbecil deje de creer en cuentos de hadas y trabaje horrible adefecio. De las 4 tristezas que dañaron mi autoestima la última fue para convencerme de que una mujer solo está con un feo por Interés. Finalmente no estoy pensando en pendejadas de suicidio pero vivir sin sentirse querido es deprimente. Ya mi mentalidad está cambiando de la negación y el odio a la tranquilidad de la aceptación. Saludos desde Bogotá!
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