L@s Solter@s y el valor de su tiempo
Me he dado cuenta que
algunas personas suelen ver a l@s solter@s como personas disponibles, ociosas,
y que su tiempo es menos valioso que el de ellos. La gente suele ser muy
insistente y menoscabar nuestras razones cuando decimos que NO.
Nosotr@s disponemos de
una libertad que algunos no tienen y distribuimos nuestro tiempo en actividades
que para otros son meros lujos, por ejemplo el ocio, las actividades
artísticas, acudir a cursos, quedarse en casa o en un café leyendo medio día,
etc. Lo que para algunos son lujos, para nosotr@s es una rutina.
Entonces, cuando alguien
te invita a su casa o a una reunión y le dices que no, que piensas quedarte en
casa viendo películas, o ir a tu clase de baile, o a tu curso sabatino, parece
que toman todas estas actividades como un relleno de actividades prescindibles,
una ocupación, una mera actividad para no caer en el ocio: lo interpretan como
un “no tiene nada qué hacer” y no suelen respetarlo. Claro, lo que es difícil
percibir y aún más comprender para ellos, es que nosotr@s estamos libres de
muchas obligaciones, nuestra vida es más un “querer” que un “deber”; ellos han
priorizado el “deber” sobre el “querer” y los deseos han pasado a segundo término,
y como han perdido valor en su vida, menos lo van a valorar en la nuestra. Las
reuniones familiares, las fiestas infantiles, los quehaceres domésticos, la
revisión de la tarea de sus hijos, etc. son una obligación para ellos, para
nosotr@s una opción, cuando no algo inexistente.
A veces es un poco
molesto que sean tan insistentes e irrespetuosos. Yo quiero quedarme sólo –o acompañado-
en casa, hacerme una chaqueta, jugar video juegos, leer, escribir, ver una
película, cocinar, lavar mi ropa, etc. Y esto es importante para mí, muy
importante desde el hecho que es algo que deseo hacer. A l@s solter@s nos gusta
la compañía, pero también podemos estar en soledad; así, podemos decidir entre
estar en buena compañía o en una buena soledad, sí lo que nos ofrecen no supera
en calidad una soledad a gusto, no nos llevarán a la fuerza. Personalmente me
gusta mucho ir a las cafeterías y pasar ahí el rato leyendo u observando simplemente;
pero prefiero cuando estoy en compañía de alguien, charlando, intercambiando
opiniones de cualquier cosa, una cosa a gusto. Pero sí esa compañía la anticipo
desagradable yo escojo mi soledad y debe ser respetada. Es una libertad que tenemos
y no es que seamos cortad@s o mamones, es que nosotros aún podemos decidir
entre el “deber” y el “querer”.
Confieso que muchas
veces he tenido que inventarme “deberes” para poder safarme y disfrutar de lo
que quiero hacer; lamentablemente las personas dan más importancia al “deber”
que el “querer”, así, he mentido muchas veces.
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