domingo, 17 de mayo de 2015

L@s Solter@s y el valor de su tiempo

L@s Solter@s y el valor de su tiempo

Me he dado cuenta que algunas personas suelen ver a l@s solter@s como personas disponibles, ociosas, y que su tiempo es menos valioso que el de ellos. La gente suele ser muy insistente y menoscabar nuestras razones cuando decimos que NO.

Nosotr@s disponemos de una libertad que algunos no tienen y distribuimos nuestro tiempo en actividades que para otros son meros lujos, por ejemplo el ocio, las actividades artísticas, acudir a cursos, quedarse en casa o en un café leyendo medio día, etc. Lo que para algunos son lujos, para nosotr@s es una rutina.




Entonces, cuando alguien te invita a su casa o a una reunión y le dices que no, que piensas quedarte en casa viendo películas, o ir a tu clase de baile, o a tu curso sabatino, parece que toman todas estas actividades como un relleno de actividades prescindibles, una ocupación, una mera actividad para no caer en el ocio: lo interpretan como un “no tiene nada qué hacer” y no suelen respetarlo. Claro, lo que es difícil percibir y aún más comprender para ellos, es que nosotr@s estamos libres de muchas obligaciones, nuestra vida es más un “querer” que un “deber”; ellos han priorizado el “deber” sobre el “querer” y los deseos han pasado a segundo término, y como han perdido valor en su vida, menos lo van a valorar en la nuestra. Las reuniones familiares, las fiestas infantiles, los quehaceres domésticos, la revisión de la tarea de sus hijos, etc. son una obligación para ellos, para nosotr@s una opción, cuando no algo inexistente.



A veces es un poco molesto que sean tan insistentes e irrespetuosos. Yo quiero quedarme sólo –o acompañado- en casa, hacerme una chaqueta, jugar video juegos, leer, escribir, ver una película, cocinar, lavar mi ropa, etc. Y esto es importante para mí, muy importante desde el hecho que es algo que deseo hacer. A l@s solter@s nos gusta la compañía, pero también podemos estar en soledad; así, podemos decidir entre estar en buena compañía o en una buena soledad, sí lo que nos ofrecen no supera en calidad una soledad a gusto, no nos llevarán a la fuerza. Personalmente me gusta mucho ir a las cafeterías y pasar ahí el rato leyendo u observando simplemente; pero prefiero cuando estoy en compañía de alguien, charlando, intercambiando opiniones de cualquier cosa, una cosa a gusto. Pero sí esa compañía la anticipo desagradable yo escojo mi soledad y debe ser respetada. Es una libertad que tenemos y no es que seamos cortad@s o mamones, es que nosotros aún podemos decidir entre el “deber” y el “querer”.


Confieso que muchas veces he tenido que inventarme “deberes” para poder safarme y disfrutar de lo que quiero hacer; lamentablemente las personas dan más importancia al “deber” que el “querer”, así, he mentido muchas veces. 

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