Vivo en un
departamento en la zona metropolitana de la ciudad de México, y fuera del
ámbito laboral nadie me dice qué hacer y no le doy cuentas a nadie; es decisión
mía lo que hago con mi tiempo, lo que compro, lo que escucho, lo que veo, con
quién salgo, a quién llevo al departamento, las películas que miro, lo que como,
lo que visto, las horas que duermo, la forma en que gasto los ingresos, los
cursos que tomo, mis horarios de salida y llegada, en suma, es una libertad de
la que muy pocos llegan a disfrutar en la vida.
Aunque se dice que por
naturaleza somos seres sociables, la vida de solter@ es un estado en el que
posees una libertad única. En cualquier relación de pareja las decisiones se
comparten; si hablamos de matrimonio con hijos, la vida de la pareja se encuentra
muy determinada por estos. Cuando eres solter@ tus decisiones son lo que se
cumple: tus deseos son órdenes casi en todos los casos.
Ilustremos lo anterior
con un domingo en la mañana. Te levantas en el momento que lo decides; desayunas
lo que te parezca mejor y determinas si saldrás de casa o no. Ves la película
que deseas, así sea la que has repetido innumerables veces. Quizá duermas otro
poco. Puedes leer largo y tendido, escuchar tu música favorita, cantar, pasear
desnudo en tu casa. A cualquier hora puedes decidir salir de casa pues puedes cambiar
de planes cuando quieras sin que a nadie le importune. Puedes enviar y recibir
mensajes en tu teléfono durante todo el día sin necesidad de ocultarlo; invitas
a alguien a comer, no hay problema de tiempo. Si comes en compañía de alguien
lo harás en paz, mirando como el padre en la mesa contigua apenas y puede disfrutar
sus alimentos mientras su pequeño le gana la batalla de habilidades. Tu regreso a casa no tiene premura. Si por
alguna razón conoces a alguien en la calle puedes charlar largo y tendido sin
prisas, sin miedos, y puedes pedirle su número sin problema; quizá la noche te
la pases mensajeando con esa persona. Vuelves
a tu casa, nadie se ha comido tu yogurt ni se ha bebido tus cervezas. Puedes
beber una si lo quieres y ponerte a leer sin interrupciones; ver una nueva película o jugar un video juego.
Decides dormir y lo haces.
Algo más. Tus ingresos
suelen ser suficientes para tu supervivencia y para varios lujos. Puedes pagar
cursos y tomarlos sin problema. Estudiar algo si así lo quieres. Ahora decides
incursionar en la pintura; en un mes, abren un curso de baile y lo tomas. Quizá
un idioma, un viaje, un nuevo gadget, unos zapatos caros, cosas curiosas que
puedes adquirir sin el conflicto de pensar en si son útiles o no.
http://los7pecadoscapitales.com/neosolteros-un-estilo-de-vida-por-conviccion/ |
La soltería es, en
suma, un estado de libertad, de conocimiento y disfrute de uno mismo. Es la
calma o la euforia; el silencio o la melodía; el andar o el reposo; la orgía o
la soledad; el capricho o lo pragmático; cultivarse o vivir el ocio. Y puede
serlo todo, cuando uno lo desee, cuando uno lo quiera.
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