domingo, 13 de septiembre de 2015

La vida en pareja vista desde la soltería.

Desde nuestro estado la vida en pareja puede tomar dos aspectos: el de un campo de concentración con cercas minadas o el de un jardín edénico. 
Algunos de nosotros somos reticentes a relacionarnos con alguien por todo lo malo que llegamos a ver en la mayoría de las parejas, tenemos a la vista una cantidad considerable de relaciones fallidas en las que -por una razón que no siempre comprendemos- sus integrantes se fuerzan a mantener como una corona de espinas. Si bien una relación no tiene que ser pura felicidad (¿en verdad no es posible?) Creo que la  balanza, si no equilibrada, tampoco tiene por qué estar inclinada hacia la resignación.

No queremos pareja -o casarnos-, porque eso que vemos esta muy alejado de lo que un soltero o una soltera que se respeta desea en su vida. Mejor así nos quedamos.

Pero si en nosotros aun queda algún deseo inconfeso de encontrar a "alguien" con quien convivir de forma más personal e íntima, creo que aspiramos a algo mejor, por lo menos distinto de las aberraciones que vemos. Y eso compone la otra visión que nos formamos de lo que podría ser una buena relación de pareja o un buen matrimonio.


No quieres acabar diluido por tu pareja, mucho menos coartado. Esperas poder compartirte y conocer una parte del mundo a través de tu pareja. Celar, es convertir la relación en una prisión para dos.

Esa imagen de las relaciones ordinarias, tradicionales, es la de prisiones a las que uno se somete voluntariamente, pensando que "el amor" hará tolerable la sujeción y la represión de nuestras aspiraciones como seres individuales. Ya en la vida en pareja los planes de cada uno desaparecen, los ímpetus por aprender algo nuevo se posponen y la libertad se pierde. Así mal funcionan la mayoría de las relaciones hasta que explotan acabando en infidelidades en el mejor de los casos y en la muerte en casos lamentables.

Al menos yo, prefiero la soltería solitaria a la compañía tormentosa. Así me parecen la mayoría de las relaciones de pareja, aunque la esperanza esta en aquellas con relaciones verdaderamente armónicas y sanas en las que crecen juntos antes que acabar por anularse.

Desde nuestro estado podemos aprender; es triste ver como muchas parejas viven en la frustración y el arrepentimiento. Aunque, he de decirlo, no lo confiesan ya que al hacerlo negarían a sus hijos y para muchos estos son lo único rescatable de su precipitada decisión.




miércoles, 2 de septiembre de 2015

Deseo sexual en l@s solter@s


¿Cómo lidias con las necesidades? Porque hay sensaciones que florecen desde dentro que podría decirse que son propias de tu humanidad como la risa, la actividad física, el esparcimiento, la independencia; y me refiero, en este caso, a una necesidad de contacto que de pronto sobreviene y se instala punzante, impersuasible.

Los de vida asceta dirán que no necesitas del sexo para vivir. Tampoco necesitas la risa, del aroma del mar, ni del esparcimiento; y entonces te reducen a un simple organismo biológico que sólo requiere alimento, agua y un poco de sol.

Qué complicado resulta a veces satisfacer nuestra sexualidad cuando somos solter@s. Está la masturbación pero no es lo mismo, no es igual. Y es que yo hablo del contacto, de la buena cogida, de esa sexualidad que implica mucho más que la interacción de nuestros aparatos reproductores. Me refiero al arte de la cogida que sólo se obtiene con la práctica, que no es sólo meter y sacar. Porque  meter y sacar es casi equiparable a la chaqueta* (y a veces una chaqueta puede ser mejor).

Ojala entre solter@s pudiera haber más entendimiento, una especie de complicidad  para no verse privados de algunas necesidades. ¿Por qué es tan difícil tener sexo? Ojala fuera tan fácil como salir a tomar un café, como cuando invitas a una amiga -o un amigo- a comer, al teatro, al cine. ¿Por qué nos inhibe aún el sexo?

En muchas culturas, y la mexicana no es la excepción, el sexo esta intrínsecamente ligado a la culpa; siempre vigilado férreamente por la moral en turno y cuando sales de los parámetros permitidos hallarás jueces en todos lados. El sexo, desafortunadamente,  no ha quedado desligado del concepto de la suciedad mental. Por eso la relación sexual no entra dentro de las convivencias habituales entre amig@s, es más, aún entre parejas suele ser un tema complicado y motivo de desavenencias e insatisfacciones. ¿Qué será más terrible, la frustración sexual en la soltería o en el matrimonio?

A veces veo a mujeres solteras que expresan de una u otra forma su necesidad y deseo de disfrutar de la sexualidad. Sin embargo, estas en completa libertad de invitarlas al cine, a disfrutar de un café, pero jamás les propones un encuentro erótico, no a todas, digamos que no es algo habitual. Pero este ideal de relajación sexual es utópico, la idealización de un soltero calenturiento que ha pasado ya bastantes días sin disfrutar de la feminidad de una mujer y que en su ansiedad desearía que no fuera tan complicado pasar un buen momento en compañía de alguien de confianza.

En mi mente anhelante desearía contar con la complicidad de una soltera -aunque podría ser una casada, sólo que las esposas suelen tener un horario muy complicado-, en una forma de mantener satisfechas los deseos y necesidades mutuas.


¿Y por qué no conseguirse una pareja y ahorrarse esa palabrería desesperada?

Sería lo ideal, pero tampoco vas a fingir estar enamorado para tener sexo. Y en cuanto a una pareja estable, de sentimientos románticos y nobles compartidos, pues habría que encontrarla y eso, por lo regular, toma su tiempo y su proceso. Y en ese proceso, surgen estas necesidades. Y quien sabe, quizá en ese intercambio sexual surja algo, de la misma forma en que surge de los paseos por el parque, las charlas con el café, las convivencias.

Cada quien, en su desesperación -¿o seré el único que llega experimentarla?- hallará las formas de saciarla, porque en ningún momento he pensado convertirme en un asceta. Solo pienso que podría ser menos complicado y, a veces, menos riesgoso.

Parece un llamado a la promiscuidad, a un desenfreno sexual. Pero no es ese el extremo al que quisiera llegar, porque además es cierto que cuando tienes relaciones tu anhelo disminuye por un tiempo. Y en suma, sólo es una reflexión sobre la forma en que quizá podríamos cubrir unas necesidades y no la forma como podríamos llegar a una vida frívola y promiscua, al final, supongo que aspiramos a algo más elevado, no sólo física sino también emocionalmente.  


*El término Chaqueta se utiliza en México para llamar coloquialmente a la masturbación. Así, uno puede decir me estoy hacienda una chaqueta, o deja de chaqueteartela.


Fotos tomadas de los siguientes enlaces