domingo, 26 de febrero de 2017

Mujeres de 40 y más.

Señora de las cuatro décadas de Ricardo Arjona salió en 1994, cuando él tenía alrededor 30 años y yo tenía 15.
Volví a escuchar la canción hace un par de días, ahora que me encuentro casi en el epílogo de los 30s y mi circulo de amigas incluye necesariamente mujeres de más de cuarenta años.

En los artículos que he llegado a leer sobre el tema regularmente se suele hacer una comparativa entre las de 40 y las de 20 años; me parece entendible como una forma de marcar las diferencias entre las edades y los cambios, pero ya lo han hecho así que evitaré hacerlo y me abocaré sólo a señalar lo que a mi parecer resulta atractivo de una mujer en los 40s. 



1.                 Su calma ante la vida, una calma que pone en evidencia que ya se tiene cierto conocimiento y dominio sobre el terreno, sobre la vida, sobre su vida. Ya no van con prisa, saben que es imposible comerse el mundo de un bocado así que lo consumen en trozos, de a poco pero de forma constante.

2.                 Cuando hablas con una mujer de más de 40 sabes que te escucha con atención; suelen guardar un silencio casi absoluto, apenas con breves inflexiones para hacerte saber que te están escuchando.  A esta edad no necesitan demostrar nada, por eso no interrumpen con cualquier comentario vano, esperan, meditan al hilo, y cuando hablan te das cuenta no sólo te ha escuchado, sino que te ha entendido a la perfección.

3.                 Hacer el amor con una mujer de más de 40 es como comer en buenos restaurantes todo el tiempo. Buena atención, buena mesa, buen ambiente, la porción indicada, buen vino y la garantía de que comerás delicioso.


4.                 Una mujer de más de 40 años es casi por antonomasia una excelente consejera. La experiencia le brinda esa cualidad; quieres apoyo o un buen consejo, nada como una mujer de más de 40 años.

5.                 La dupla Juventud-Experiencia. A los 40 años aún se es joven, se tiene vitalidad, deseos de vivir, de disfrutar y de aprender, pero también se tiene experiencia y eso es algo que cuenta mucho. Ya no se quiere perder tiempo, o mejor dicho, se desea invertir de la mejor manera, así que convivir con una mujer de esa edad es casi garantía de buen gusto, de tiempo de calidad y de buenos momentos.

6.                 El amor. No sólo ellas, también en mi caso he asumido la misma postura: lo que menos quieres son problemas, que te fastidien tu día. Por esta razón suelen poner las cosas en claro desde el principio: quieres una aventura, tendrás una aventura; quieres amistad tendrás amistad; quieres amor,  tendrás amor y lo anterior. Pero con ellas hay que ser claro porque ya no van a perder el tiempo en tonteras. Por esto también han dejado de lado los celos y la actitud posesiva. Su postura es tajante: quieres estar con ellas, quédate; no estás feliz, vete. Una mujer en los 40s no te va a rogar, se valora lo suficiente como para no necesitarte o andar tras de ti.




Al menos este sería el compendio de virtudes que para mí tienen la mayoría de mujeres después de los 40 años, aunque estas ya van haciéndose notar tiempo atrás, en la década de los 30s, por lo que no sólo se circunscribe a ellas, sino a aquellas que ya desde los 30s han alcanzado ese nivel de experiencia y madurez y que se verá reflejada en plenitud a los 40 años.

Hacer las cosas que nos gustan

A veces no me da tiempo de hacer las cosas que más disfruto y experimento un poco de frustración, pero al final siempre estoy en la posibilidad dejar de lado algunas actividades para dedicar más tiempo a lo que me gusta.  Entonces pienso en esas personas casadas y con hijos que siempre están ocupadas en las obligaciones que eso les demanda: el no poder dejar a sus hijos ni un momento y todas las tareas que implica llevar una familia. Me pregunto el nivel de frustración que deben alcanzar a veces, porque somos seres humanos y nuestras pasiones siempre estarán ahí llamándonos, podemos ignorarlas momentáneamente  pero no por eso llegan a desaparecer.


Mantener una familia consume mucho tiempo y mucha energía en deberes, todas esas cosas que en apariencia “se tienen que hacer”, y todo eso desplaza en prioridad a las cosas que verdaderamente queremos realizar. Ir posponiendo las cosas que nos gusta hacer puede generar mucha frustración e imagino que por eso a veces suele generarse un ambiente tan tenso y de constante irritación en las familias.
Creo que si en una familia no hay respeto ni se goza de cierto grado de libertad e independencia, puede generarse un profundo resentimiento y frustración. Porque así como necesitamos socializar también requerimos tiempo de forma individual, ese tiempo donde hacemos lo que nos apasiona, o simplemente nos mantenemos alejados de todo lo que nos genera estrés.
Sospecho que una gran cantidad de personas no fueron conscientes de lo que implicaba tener una familia y se aventaron a formar una pensando que en ella radicaba la felicidad casi por antonomasia. Sin embargo, jamás supieron lo demandante que podía ser eso y no todos logran lidiar con el estrés que eso puede provocar. Aquello termina siendo un martirio para muchos.
Personalmente no estoy dispuesto a abandonar la libertad de la que gozo, ni el tiempo que invierto en las cosas que me gusta hacer. Fuera del tiempo que invierto en el ámbito laboral, las horas restantes quedan completamente a mi libre albedrío. Puedo dormir, leer, escribir, ir al GYM, ir a bailar… lo que me venga en gana, no hay deberes más que conmigo mismo y eso es algo que no pienso dejar. Por eso no quiero enrolarme en una relación inmadura en la que deba abandonar gran parte de las cosas que me gusta hacer. Pienso que de tener una relación sería en libertad (y no confundir libertad con libertinaje), no tengo derecho a impedir que mi pareja haga lo que no quiere o deje de hacer lo que le gusta, no tengo por qué restringir esas cosas de las que disfruta y son parte de su esencia, y esto debe ser recíproco.

El problema del amor es la carga de pertenencia que se le atribuye y ese es un error común y devastador. El amor ni siquiera es sinónimo de propiedad. En lo que a mí respecta, no pienso abandonar mi soltería para meterme a una relación de impedimentos, y no es que pretenda tener una relación y seguir como si estuviera soltero, no, porque esto sería también inmadurez; porque una relación también requiere de tiempo, de dedicación y cierto sacrificio, un sacrificio que en vez de generar malestar genera bienestar. Estoy dispuesto a invertir tiempo, vida, lo necesario para estar bien, pero no para estar peor.

Hay que pensar lo que uno quiere e ir por eso, la secuencia de vida que nos han trazado no funciona para todos y es decisión de cada uno ir armando nuestra vida como mejor nos acomode,  y creo que siendo el mundo tan variado hay muchas posibilidades de hallar quien tenga similitudes con nosotros.     

domingo, 19 de febrero de 2017

La amistad con las ex parejas.

Iba a usar la palabra “suerte”, pero no lo es, se trata en realidad de la consecuencia directa de mi comportamiento con ellas el hecho de que mantenga buena relación con al menos tres de mis ex novias. Eventualmente nos vemos, charlamos, mantenemos el contacto; aunque aclaro, sólo ha sido eso, jamás hemos hablado de volver ni hemos mantenido encuentros sexuales después de nuestro noviazgo. Hemos mantenido la amistad y todo ha ido bien.
Dicen que mantener el contacto con tus ex parejas no es bueno, pero en las cuestiones humanas no podemos generalizar, sería asumir que todos somos iguales y esto es un error. En lo que a mi concierne, no ha habido nada malo en ello, al contrario me parece que el mantener contacto con ellas ha sido bueno por varias razones.
1.- Te conocen más que tus propios amigos. Uno conoce a una persona en el amor o en la guerra. Tus ex te han conocido en el amor (y quizá después en la guerra). El enamoramiento tiene la peculiaridad de “desnudar” a los involucrados, es por eso que conocen tus virtudes y tus defectos, y ya siendo tu ex no tienen reparo en hacerte saber de tus errores. Así que como consejer@s son ideales.
2.- Recordar el pasado. Como dice la canción de Charles Aznavour, Je n’ai rien oublié, “a veces es bueno volver al pasado”. Tus ex parejas formaron parte de tu vida y en ellas hay recuerdos de momentos que fueron buenos, además de que posiblemente te dejaron experiencias y aprendizajes; llevan ellas una parte tuya, por mínima que sea, y volver a verlas es como regresar un poco a esos momentos, es algo que en lo personal disfruto mucho. No es malo recordar o darse pequeños paseos por el pasado, lo malo es estancarse en él.
3.- El orgullo de verl@s superad@s. Me había separado de una novia, un año después nos volvimos a ver y  en ese lapso ella terminó de aprender a manejar y ya se había comprado un auto. En verdad me sentí bien por eso. Otra exnovia le dio un giro a su vida profesional y me encontré con que ya trabajaba por su cuenta y le iba muy bien. Personalmente me he sentido bien por ellas y es una satisfacción ver que han crecido personal y profesionalmente.
4.- La amistad que te comprende. Ya hemos dicho que l@s ex nos conocen muy bien, así que al mantener la amistad será poco lo que tengas que explicar sobre tus problemas porque ya tienen un antecedente tuyo y cuando hablas con ell@s inmediatamente captan. Se crea un lazo amistoso un poco más íntimo, más personal. Son amig@s con los que puedes hablar aquello que con tus otr@s amig@s no puedes.
He visto como hay ex parejas que se odian a muerte, que se pasan la vida fastidiándose unos a otros, sobre todo cuando han estado casados, me parece muy inmaduro y desgastante. ¿Qué necesidad hay de joderse la vida?

Por lo menos en mi caso, mantener la amistad con mis ex parejas ha sido bueno. Tampoco nos frecuentamos tanto, entre una o dos veces por año, pero son encuentros en verdad agradables. Me da gusto verlas, creo que también a ellas les gusta volverme a ver.             

domingo, 5 de febrero de 2017

A comenzar de nuevo

Llevaba más de un año sin publicar nada en mi blog y una de las razones es que el 2016 fue un año muy difícil para mí en el aspecto profesional. Mi negocio fue mal casi todo el año y es fecha de que aún no logro sacarlo adelante. Estos malos momentos hacen que reflexiones sobre muchas cosas, que revalores otras tantas y que decidas hacer cambios en tu vida.

Uno de los aspectos más difíciles ha sido el tener que enfrentar solo esta mala racha; de pronto llegas a tu departamento y te hayas solo, sin nadie con quien hablar sobre lo que ha pasado, sin nadie con quien desahogarte un poco. Han sido y siguen siendo momentos difíciles, momentos en que he debido tomar decisiones sin saber si son correctas o no, y muchas veces hubiera deseado tener una segunda opinión, la opinión de alguien a quien le importaran mis cosas, mis proyectos, mi vida.

En estos doce meses han pasado muchas cosas, algunas me han ayudado a sobrellevar mi situación y otras me han servido para conocer lo que realmente tiene valor en mi vida, amén de  las que han revelado los aspectos falsos que rodeaban mi vida. He tomado nuevas decisiones  y estoy tratando de darle otro rumbo. He conocido nuevas personas que han influido en estos cambios y esto ha sido muy útil en mi vida. Es muy cierto que si queremos cambios debemos hacer cambios, no podría haber tomado otra ruta sin rodearme de gente nueva. Necesitaba nuevas opiniones, otras perspectivas, nuevas formas de ver la vida.

De entre las cosas buenas debo decir que he ingresado al gimnasio, he comenzado a escribir el libro que siempre había deseado, he vuelto a leer pues es algo que ya había abandonado, y pues estoy volviendo a retomar mi blog, aunque creo que a partir de ahora tendrá otra forma.

Son doce meses para contarlos en una sola entrada, esto puede ser tedioso, así que trataré de resumirlo en entradas subsecuentes. Nos vemos pronto.