Escena de la película Lars an the real girl |
Una gran cantidad de
críticas sobre esta película se enfoca en la ternura y el amor entre Lars (Ryan
Gosling) y Bianca, una muñeca con la que recrea una relación sentimental. Sin
embargo, a mí me parecen críticas bastante banales, que no han logrado llegar
al verdadero fondo del comportamiento de Lars.
Lars es un tipo
solitario, casi un ermitaño que vive en la misma propiedad con su hermano y su
cuñada. Se aprecia que no es sólo una persona asociable, sino que además manifiesta
un miedo al contacto físico –que más adelante se hace evidente en sus sesiones
con la doctora-.
Un día, Lars informa a
su hermano y su cuñada que ha conocido a una chica, Bianca, sin embargo se
trata de una muñeca plástico.
Es de resaltar todo el
proceso mental que debió haber elaborado Lars para acabar creyendo que Bianca
en verdad tiene vida. Le crea un pasado y toda una historia con la que
justifica su inmovilidad.
Aquí habría que hacer
una pausa para tratar de ahondar en las razones por las que Lars crea toda esa
fantasía y el sentido de la misma. ¿Qué necesidad lo llevó a fabricarse una
novia y una fantasía tan compleja?
Creo que la respuesta
esta al inicio de la película: su soledad e incapacidad para relacionarse, y
que a lo largo de la película va siendo desmenuzada hasta tener una teoría, que
es la posible afectación al haber permanecido mucho tiempo solo tras la muerte
de sus padres. Esta soledad lo volvió incapaz de relacionarse y le provocó un
miedo a la gente. En una de las sesiones con la doctora, Lars confiesa el temor
que tiene al contacto físico y evidencia las diferentes capas protectoras que
usa para evitarlo en la cantidad de ropa que lleva puesta. Para él, las prendas
lo protegen del contacto con el mundo.
Sin embargo, muy en su
interior siente esa necesidad del contacto y la socialización. Entonces,
toda esa necesidad enfoca en Bianca, un objeto.
Lars tiene un paralelo
en la vida real, aquel hombre de 40 años conocido como Dirk que ha formado
también un vínculo sentimental con una muñeca, Jenny.
Dirk y Jenny |
Parece tentador
tildarlos de locos o de enfermos, como llegan a considerar a Lars. Sin embargo,
¿no es acaso una costumbre y una tradición muy humana esa de crear vínculos con
objetos inanimados a quienes se les atribuyen cualidades humanas y hasta mágicas?
¿Por qué Lars, o Dirk, pueden ser tomados como locos cuando por otro lado hay una
multitud de personas que hablan con Dioses representados en figuras inanimadas?
En el caso de Lars,
esta fantasía, por absurda que parezca, le da acceso a la socialización. Ahora,
Lars interactúa, ha salido del encierro en el que estaba y comienza por
relacionarse con su hermano. Va a fiestas, sale al campo, etc. Este objeto,
esta fantasía, sin saberlo, comienza a serle de utilidad. En la entrada anterior
en la que hablo de Dirk y Jenny lo mencioné, estos comportamientos en
apariencia locuases o “enfermos” pueden ser todo lo contrario y servir precisamente
para mantener un equilibrio mental.
Veneración de San Judas Tadeo |
Al paso de los días
vemos en Lars una mejoría, a tal grado de que en una de las escenas se
encuentra flirteando con una de sus compañeras de trabajo en una convivencia
con amigos en una sala de boliche, algo bastante motivante si consideramos que
antes apenas y asomaba la cabeza por su puerta.
Las personas en un
templo se posan ante una figura a la que le hablan y le piden piedad, llevan
imágenes de ella, las cuidan, las visten y gastan parte de su dinero en ellas.
Todo lo anterior les genera una sensación de bienestar, de compañía, de amor.
No hay diferencia entre ellas y Lars o Dirk. Sin embargo, socialmente se les
juzga,… lo que para mí es un absurdo.
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