Pensé que éste
libro sería una aportación para combatir los estigmas que se les adjudican a
las mujeres solteras, sin embargo, me encontré con un libro repleto de conmiseración
hacia ellas. Quizá lo más grave de esto es que el libro fue escrito por una
mujer, que lejos de empoderar y ubicar en un lugar digno la soltería de la
mujer, hace de ella un estado de resignación y de dolor, abocándose a dar consejos
sobre cómo sobrellevarla, cual si se tratase de una enfermedad.
La autora no
cesa de decir que la mujer soltera es una mujer frustrada, que se trata de una
inmadura sexual, una mujer incompleta que no ha podido cumplir con su rol
natural y que, por lo tanto, jamás alcanzará la plenitud como mujer al no haber
podido casarse y tener hijos.
Ha sido uno de
los libros más arcaicos que he leído, donde abundan los estereotipos sobre la
mujer predestinada a la maternidad, al cuidado de los hijos y de su marido. Un
libro inservible, que en la actualidad podría muy bien pasar por un libro de
ideas machistas.
Quizá tenga
mucho que ver el hecho de que el libro haya sido escrito en la década de los
sesentas (1961), aunque no es justificable, ya que por lo regular hay libros que
se muestran evidentemente adelantados en pensamiento a su época, pero
lamentablemente éste no es el caso; más bien parece escrito por una mentalidad
ubicada en el siglo XVIII.
Les ahorro la
pena y la pesadez de leerlo.
Por mi parte lo colocaré en el baño, junto al inodoro, para usarlo cuando en un descuido se me termine el papel higiénico.
Por mi parte lo colocaré en el baño, junto al inodoro, para usarlo cuando en un descuido se me termine el papel higiénico.
**Laura Hutton,
La mujer soltera. 1961. Editorial Azteca, México.
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