Ya ves que no te necesito, que he pasado todas estas lluvias sin ti, que he velado todas estas noches sin hablar contigo, que ni siquiera me he afanado en buscarte. He podido vivir sin ti y más aun he disfrutado de esta vida.
¿Has sentido que a veces hay días especiales en los que inexplicablemente amanecemos más
radiantes que otros? Tengo la absurda idea de que en esos días andas muy cerca. Pero no te busco, no ando persiguiendo "Marías" como quien levanta piedras para encontrar oro. Tampoco me hago acompañar innecesariamente ni mendigo compañía para paliar una soledad que no padezco. Has de saber que me encuentro bien, batallando a diario sin queja ni resignación pues he tomado esta vida por convicción y no como una fatídica consecuencia, es la vida que quise, la vida que escogí.¿Has sentido que a veces hay días especiales en los que inexplicablemente amanecemos más
No diría que es una vida difícil, mas bien es compleja, llena de aventuras y retos que no siempre han salido bien. He perdido muchas veces y no sé la cuenta de las veces que he ganado. Las caídas las tengo mas presentes porque, inevitablemente, son los días en que más pienso en ti. Sabrás entonces que ahora que nos veamos me hallarás con viejas cicatrices y quizá algunas muy recientes. Eso mismo adivino en ti, los mismos días malos, los mismos miedos e inseguridades, la misma forma de procurar un mundo más a tu manera.
Mira, no tengo necesidad de ti, pero tengo un deseo y un gusto prevaleciente por verte, por hablar y hallar todas esas cosas que desconozco y que forman parte tuya, el mundo que traes a cuestas, esa estela que has dejado en tu paso por esta vida. Será interesante y entretenido escucharte hablar de esos años tuyos que has acumulado. ¿Tienes un auto? ¿una casa? ¿un libro escrito, una esperanza terca, un sueño ridículo? Ojalá mientras te escribo esto tus días no estén tan malos. Aunque no te conozco sé que eres capas, que vences tus miedos, que llegaras a esa cita con las rodillas y el alma raspadas. Sé que así te reconoceré.
Mira, no tengo necesidad de ti, pero tengo un deseo y un gusto prevaleciente por verte, por hablar y hallar todas esas cosas que desconozco y que forman parte tuya, el mundo que traes a cuestas, esa estela que has dejado en tu paso por esta vida. Será interesante y entretenido escucharte hablar de esos años tuyos que has acumulado. ¿Tienes un auto? ¿una casa? ¿un libro escrito, una esperanza terca, un sueño ridículo? Ojalá mientras te escribo esto tus días no estén tan malos. Aunque no te conozco sé que eres capas, que vences tus miedos, que llegaras a esa cita con las rodillas y el alma raspadas. Sé que así te reconoceré.
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