El otro día hablaba con mi amigo J... y le confesé una idea recurrente
sobre mi ex, con la que viví dos años, que no me
abandona: "A veces quisiera verla y pedirle que regrese conmigo". Como
si nada hubiera pasado, como si estos años no los hubiera vivido.
A veces me da
por pensar que no habrá otra relación que supere lo que viví con ella, y esta idea se ve reforzada
porque a lo largo de estos cinco años, desde nuestra separación, no he logrado una relación tan completa como la tuve con ella.
Han sido malas relaciones, pasajeras, relaciones espontaneas que han durado lo
que hemos tardado en conocernos. Nada que se comparé, nada que haya alcanzado el nivel de relación que teníamos. Y tengo esa sospecha de que quizá no vuelva a suceder, aunque a decir
verdad reconozco que esta sensación puede estar más ligada a que “no la he dejado ir”, a que la mantengo como una herida abierta a la que vuelvo constantemente
sin permitir que cicatrice.
También tengo la absurda idea de que alguien me ayudará a hacerlo y que ese alguien será con quien vuelva a tener una relación tan estrecha. Vivo con la esperanza de que una mujer me hará olvidarla, que hará renacer esa pasión perdida, olvidada. Creo que es un error, aunque no lo sé de cierto.
Hay una pieza
en todo esto que no alcanzo a dilucidar; no alcanzo a comprender del todo mi
situación y no he encontrado el camino ni la forma de hacerlo. Siento
que de alguna manera voy herido sin ser consciente de ello, y que ese dolor aún latente es el que me impide aventurarme a conocer a otras personas. Será que no la he perdonado, será que no me he perdonado. No lo sé.
En verdad a
veces quisiera llamarle y pedirle que vuelva. Me da por pensar que todo este
tiempo ha sido un desperdicio, y es que a la distancia los errores se ven
diferentes, se ven como verdaderas estupideces. Sin embargo, no sé qué parte de mi deseo es por mi incapacidad de aceptar que
todo ha terminado, y cuál es la concerniente a la realidad.
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