Pippa Vacker. Instagram. |
Lo primero que me ha
provocado saber de la existencia de esta chica es envidia. Sí, y me he puesto a
pensar en cómo podría igualar ese promedio de un amante mensual. No sé ustedes,
pero para mí la vida sexual de Zoë, alias Pippa Vacker, es envidiable.
La noticia es
interesante no sólo por el número de amantes que ha tenido, sino por tratarse
de una mujer y esto no es algo que yo resalte, pues ella misma es consciente de
que el hecho de ser mujer la deja en un estado de señalamiento social distinto
al que tendría si fuera hombre.
Es triste que ella
pueda adelantar el hecho de que algunos y algunas la tomaran por una “puta” y
una “zorra”, que al final se utilizan de la misma forma. Esto revela la inequidad
que aún prevalece en la mentalidad de algun@s, en el que la mujer, culturalmente,
no tiene permitidas ciertas conductas que en el hombre son celebradas y hasta
llegan a ser parte de su estatus masculino. Un hombre con una vida sexual activa
es un HOMBRE -con mayúsculas- un Don Juan, y a nadie le molesta que le tomen
por un Don Juan. Sin embargo, una mujer que se acuesta con muchos hombres es
una Puta, zorra, una enferma, una depravada, una cualquiera, un ser humano que
ha perdido todo valor social y comunitario y que bien puede ser castigada por
su conducta. En muchos países -México incluido- se tolera y se practica el “castigo social” a
las mujeres que rompen las normas morales que desde la infancia se les han
impuesto.
La sexualidad de las
mujeres aún sigue siendo una propiedad social, religiosa y hasta del Estado en el
que habitan. Son estos tres entes los que siempre se han creído dueños del
cuerpo y la sexualidad de las mujeres, siendo que, en contraposición, no existe
tal trato hacia nosotros los hombres.
Ejemplos de lo anterior
abundan, aún en nuestra sociedad occidental y en las grandes ciudades que se
presumen de ser culturalmente adelantadas. Basta con ver la diferencia en el
trato que se da a los protagonistas de los llamados “escándalos sexuales” que
llegan a inundar las redes. La mujer es la que siempre sale peor juzgada por la
opinión social. Como ejemplo, basta leer la cantidad de comentarios de
resentidos y resentidas que le han dirigido a Zoë.
Siempre he creído que las
restricciones que se han puesto por años a las mujeres nos han vedado la
posibilidad de acceder a un mundo más variado y menos complejo. Quien ha
hablado con mujeres, quien se ha ganado su confianza, sabe que sienten y desean
igual que nosotros; sin embargo, la mayoría oculta estos deseos, conscientes de
que en ello la sociedad determina su reputación. Ojalá las consecuencias, en el
peor de los casos, sólo llegaran al rechazo social, pero cuando una mujer no cumple
con las normas morales que se le han impuesto, en muchas ocasiones quedan a
merced de que cualquiera pueda “castigarla” en la forma que crea conveniente,
pudiendo llegar al extremo de quitarle la vida.
Como hombres hemos
perdido más de lo que hemos ganado con esta insistencia de fastidiar y juzgar a
las mujeres. Creo, estoy seguro, de que en la medida que nos dejemos de estas
tonterías podremos convivir mejor.
Como breviario
cultural recomiendo leer algunos libros:
La repudiada, de Eliette Abecassis; Nacer mujer en China, de Xinran Xue; Yo Puta, de Isabel Pisano y Pornoterrorismo de Diana J. Torres.
El blogg de Zoë Ligon,
o Pippa Vacker: http://pippavacker.tumblr.com/
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