No sólo llega a ser
decisión de los solteros, también de muchas parejas que determinan posponerlo o,
simplemente, no traer hij@s al mundo. En la red podemos encontrar artículos de
opinión sobre las razones de “por qué no tener hijos”, así esta entrada abona
al tema en una forma de validar muchas de esas razones que no son dadas al
azar, sino que, por lo menos a mí, me han hecho ver que somos muchos quienes
las compartimos. Se podría legar a pensar en que es ya un tema trillado, pero
no, más cuando el no tener hij@s sigue siendo visto en muchos lugares como una
afrenta social. Aún te miran como un “raro” cuando expones tu decisión; estando
solter@ puede ser más tolerable, pero para quienes viven en pareja sin hij@s el
extrañamiento es mayor. Así, estas son mis razones por las que considero que
traer niñ@s al mundo no debe ser visoto como una simple cuestión de tradición,
sino una responsabilidad que pocos, muy pocos asumen.
Comencemos por la
cuestión de La responsabilidad. Un hijo implica una
responsabilidad que va más, mucho más allá de la simple manutención; no son mascotas,
y hasta a una mascota se requiere darle atención, amor y educación. Y aquí
habría que separar la instrucción que se brinda en los colegios con la
educación que debe darse en casa, algo que muchos padres no hacen ni logran
diferenciar.
Les hablaré de un caso
típico, muy común. Unos amigos deciden
ser padres, se embarazan y traen a una niña al mundo. Por cuestiones de
inmadurez –aun cuando ellos tenían más de 30 años- discuten y se divorcian. La
niña acaba viviendo de tiempo completo con la abuela materna, pocas veces
convive con sus padres, ahora por separado en un tiempo repartido los fines de
semana. Esta historia es muy común. Decidieron tener una niña para que la
abuela la cuidara. Ellos, inmaduros, no
pueden salir de sus egoísmos y pelean por cada detalle estúpido. Eso es
irresponsabilidad y no hay justificación para ella. Los niños no son mascotas
que puedes dar en adopción cuando te estorban, aun cuando los “adoptantes” sean
los abuelos.
Lo anterior no
significa que por mantener la unidad familiar deban los hijos vivir las
constantes peleas de sus padres, lo cual plantea un verdadero dilema lo que
abona aún más a la difícil decisión de traer niños al mundo o no. Nadie sabe lo
que sucederá en el futuro, pero tener un hijo no es como decidir sacar una casa
en pagos; la casa puedes devolverla, esconderte –como muchos hombres hacen- y
no pagar más, dejarla abandonada y ya. Un hijo, no. No debe ser una decisión
tomada a la ligera, en ello va la vida de un ser humano.
El mundo apesta. Es algo que llegué a pensar que sólo yo
consideraba. La visión pesimista que tengo del planeta, más concretamente de mi
país, México, es una razón para no considerar correcto traer a un ser al mundo.
La sociedad ha evolucionado, eso es innegable, pero hay cosas en las que ha
retrocedido. Hablaré de México, de su situación y el contexto en el que
estamos. México es un país gobernado por una mafia política que en los últimos
años se confunde con la mafia del narcotráfico. Policías, gobernadores,
senadores, jueces, militares y criminales están
mezclados de una forma cínica. México no es Afghanistan, ni Palestina,
ni Serbia. Es un país sin un conflicto abierto y que se reduce a estallidos
sociales que han tomado cierta envergadura. Así, en mi país se puede llevar una
vida “normal”, puedes trabajar, estudiar, superarte, crecer,… y mientras el
crimen no toque tu vida todo esta bien, de lo contrario, te verás inmerso en
esa horda corrupta que inunda el gobierno en todos los sectores, desde el
policía hasta el juez y el mismo presidente. Claro, México no es el mundo, pero
es mi mundo, el mundo en el que me desarrollo y vivo. Pensar que mi hijo vivirá
en Bélgica, en Canadá, o en otro mejor lugar, es una utopía, además sería un
hijo lejos de mí, en algo muy similar a dejarlo abandonado con sus abuelos. Es
mi visión pesimista del país, y siento que no
es el mejor lugar para que un hijo o una hija mía transcurran su vida.
La libertad. Para muchos esta es la parte en donde recurren a llamarnos “egoistas”,
porque pensamos en nosotros más que en ese hipotético hijo o hija, pero eso ya
lo traté en la entrada “El egoísmo de l@s solter@s”.
Algun@s solter@s, y
también algunas parejas, hemos decidido dedicar nuestra vida a nosotros mismos;
decidimos disfrutar de esa libertad que nos permite el no tener quién dependa
de nosotros. Si eres un irresponsable tener hij@s o no tenerlos te vendrá
igual, pero eso es una canallada.
Me gusta mi vida, me
gusta estar centrado en mí, en mis gustos, en mis actividades, en mis placeres.
Tener hij@s te consume la vida, porque así lo requiere. Hay quienes lo
disfrutan, quienes viven feliz con eso y es magnífico, esos son los buenos
padres, los que disfrutan a sus hij@s y están con ellos. Pero, en un acto de
honestidad que todos deberíamos tener, la paternidad no es algo que me motive,
al menos no en este momento.
Existe una gran
cantidad de mujeres que viven como madres solteras, por consiguiente existe esa
misma cantidad de hombres que no están con sus hij@s, y en lo que a mí
respecta, en los casos que he conocido, muchos de ellos no tienen la mínima
intención de ocuparse de ellos. Huyen, evaden su responsabilidad. Socialmente
eso no se ve mal, pues es casi una regla hallar hombres irresponsables. A eso
agreguemos la falta de educación de much@s niñ@s, -en México tenemos el primer
lugar en Bullyng, lo que da una idea de lo fallida que esta la educación de l@s
hij@s-.
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