¿Alguna vez han
pensado cómo sería su vida si estuvieran casados y con hijos?
Esto es un juego de
imaginación, navegar en algo inexistente, en un tentativo universo paralelo en
el que hay un yo, un tú, viviendo en otras circunstancias. Imagina que en éste
momento que estás leyendo este texto, de pronto, un niño llega veloz gritándote
“mamá, mamá, mamá!!”, o “papá, papá, papá!!”, y te levantas a atenderlo, porque
quiere que veas algo, porque tiene hambre, porque quiere tu atención
simplemente. Y tu esposo o esposa, hablándote de su día entre llamadas de
atención a l@s niñ@s que arman un barullo en la sala; y los gastos, y los
problemas tuyos sumados a los de cada uno de tus hij@s. Todo cambia, todo sería
diferente. Y los cambios, cualquier cambio que pretendas hacer en tú vida
tendrá repercusiones no sólo en ti. Tenías sueños, planes, aspiraciones que
ahora van quedando pospuestas porque… primero son l@s hij@s, la familia. Adiós
al sexo casual, adiós a la libertad de tener un@ o dos amantes, adiós a los
lujos, al ocio (que ya sería un lujo), y quizá adiós al sexo regular (aunque en
la práctica parece que en promedio los casados siguen teniendo más sexo que l@s
solter@s).
Para Jack Campbell
(Nicolas Cage), un broker millonario que vive rodeado de lujos y bellas mujeres, no sólo es
un vistazo producto de la imaginación; gracias a la intervención de una especie
de ángel, puede experimentar en carne propia esa vida paralela en la que tiene
una familia con dos hijos. Un día despierta en una casa de los suburbios, con
una esposa y dos niños.
En pleno shock, el “ángel” se le aparece y le explica que es un vistazo: tendrá que
vivir esa vida por un periodo indefinido.
Esta película me gusta
porque nos muestra los dos mundos y lo opuesto que pueden llegar a ser: por un
lado están las crisis, las dudas, los cuestionamientos que implica la rutinaria
vida en familia, contrario a la desahogada y despreocupada vida de l@s solter@s
en la que vives sólo para ti. Pero también me gusta porque deja abierta otra
posibilidad y nos da un vistazo, aunque breve, a la posibilidad de una vida en
pareja –sin hijos- y en la que cada uno se ha desarrollado de forma individual.
Yo tengo mis
reticencias sobre la vida familiar, no es algo que apetezca, pero es una
postura personal. Habrá quienes lo estén buscando y se visualicen en un futuro
así. Personalmente, mi visión, el vistazo al que sí he recurrido es a la vida
en pareja, sin hijos. Jamás me he visualizado con niñ@s. Tengo un problema con
la responsabilidad a perpetuidad, diaria y en todo momento. Me gusta estar en
paz, sin sobresaltos, tener esos momentos en los que hago lo que me gusta (por
ejemplo, escribir).
Creo que lo importante
es no vivir la vida que nuestro entorno nos dicta. No te casas y tienes familia
porque así hace la mayoría, por pura inercia, y luego acabas frustrado y
abandonando a tus hijos; como tampoco decides estar solter@ porque es la moda.
Las modas son manipulaciones sutiles que te dan un sentido de pertenencia y que
hoy o mañana las pueden cambiar y siempre estarás frustrado por tener que
estarlas persiguiendo sin verdadera satisfacción.
Ojalá todos tuviéramos
la oportunidad de echar vistazos a las muchas opciones que tenemos de vida y
entonces escoger la que más nos gusta. Aunque no podemos hacerlo de la forma
que lo hace Jack, creo que podemos tener una idea en base a la experiencia
ganada al paso de los años, por eso la importancia de esta etapa de nuestra vida. Estamos solter@s, sabemos lo que es, lo que implica.
La recomiendo, además sale la guapísima Tea Leoni.
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