jueves, 31 de diciembre de 2015
La razón para no usar condón.
martes, 22 de diciembre de 2015
Tony Stark, el hedonista.
Las razones de su soltería son el resultado de querer seguir disfrutando de su soledad y todos los placeres que eso conyeva, no sólo porque puede salir con cuanta mujer aparece en su camino, sino tambien porque le da la oportunidad de invertir su tiempo en otro de sus placeres: estar en su taller donde pasa el tiempo arreglando sus autos o diseñando nuevos artilugios para sus trajes de Ironman. En su taller tiene todo a su alcance y es donde también guarda sus bebidas, lo que nos da una idea de lo que ese espacio significa para él.
Contrario a Batman, Ironman es más un héroe circustancial, pues no hay una motivacion concreta que lleve a Tony a querer salvar al mundo, es más, se rehusa a poner su uniforme al servicio del ejercito. No es un héroe de tiempo completo, no es algo que le interese; lo suyo es disfrutar la vida, divertirse, pasar el tiempo diseñando, inventando.
Quizá derivado de su extrema inteligencia e inquietud es que presenta cuadros de ansiedad. Evidentemente Tony no es un tipo ordinario, es un genio y guarda una filosofía de vida en la que el placer es lo único que parece importarle y no necesita de la aprobación de nadie para estar bien emocionalmente.
Es relevante saber que muchas mujeres de la vida real se sienten atraidas por el personaje y no precisamente por sus millones; es su carisma, su audacia, su seguridad y su inteligencia. Habria que intentar ser un poco más como él.
La única razón para dejar la soltería.
A veces veo muy a la distancia la posibilidad de casarme, y no lo digo con tristeza sino de una forma reflexiva. Explico.
Estos últimos días he pensado en eso y he llegado a la conclusión de que no abandonaría mi estado a menos que fuera para estar mejor.
Reconozco que existe en mí una especie de deseo intrínseco por convivir con alguien. Me gustaría en verdad tener una pareja con quien disfrutar de todo lo maravilloso y cruel que tiene este mundo. A estas alturas de mi vida sé que eso es posible siempre que lo hagas con la persona adecuada y dejes de lado la inmadurez viciosa que gobierna a la mayoría de las parejas de todas las edades.
Si hace años abandone la casa de mis papás fue para ganar libertad (y no hay que confundirla con el libertinaje) y no viviría con alguien con quien la relación acabara siendo una prisión.
Vivir solo es muy nutritivo, es vivir en una libertad de la que pocos gozan. Haces lo que quieres, literalmente. Tomas cursos, aprendes cosas nuevas, conoces gente, sales con quien quieres, gastas en caprichos, haces tu mundo, tu espacio, tu vida. Ser soltero o soltera no sólo es fiesta... o quizá sí, tu vida puedes volverla una fiesta, pero no sólo en el sentido de las parrandas y borracheras, sino en la actitud: disfrutas tu trabajo, tu tiempo libre, tus amistades, tus actividades constructivas, tus gustos, tus sueños.
¿Cómo abandonar eso para acabar en una prisión? Y muchos lo hacen, quiza por ese miedo a la libertad que, aunque no se crea, padece el hombre moderno. No pienso dejar eso, no me apetece acabar atrapado en una rutina socialmente considerada como idonea. Si voy a abandonar mi soltería es para estar mejor, para mejorar esta "fiesta" en la que me encuentro; para aprender más, para sanar las heridas y corregir mis vicios destructivos.
A lo que me refiero es a esas parejas que disfrutan de todo lo que un soltero disfruta pero en compañía. No se oprimen, no se celan (en el sentido amplio de la palabra), no se joden la vida, la única vida que tienen. Viven también en una "fiesta" en la que la amargura y la frustración no encuentran tierra fértil. Me alegra no haberme casado muy joven, la independencia exige sus responsabilidades pero otorga muchas libertades que deberiamos disfrutar durante más tiempo. Casarse y tener hijos antes de los 25 me parece un desperdicio de vida, y antes de los 20 es una estupidez. Hay mucho que vivir como para joderse la libertad tan pronto.
domingo, 13 de diciembre de 2015
Bruce Wayne, el soltero atormentado.
Batman interroga al Guasón. |
Bane quiebra a Batman. |
Si no hubiera delincuencia en ciudad Gótica Bruce Wayne no sería nada, pues más allá de Batman Bruce carece de vida y motivaciones. Se trata pues de un soltero antisocial, atormentado, neurótico y obsesivo.
sábado, 12 de diciembre de 2015
Creer o no creer en el Amor
No me gustan los lugares con mucha gente.
martes, 1 de diciembre de 2015
Marisol, mi novia del barrio.
Marisol era bonita, de piel clara, casi de mi estatura y de cabello muy largo. Era bonita, ya lo dije pero amerita que se repita. Me gustaba besarla porque era bonita (una tercera vez). Nos arrinconabamos detrás de los autos o en un umbral a besarnos.
Yo por entonces cursaba el primer grado de la preparatoria. Ella el último de la secundaria en el turno vespertino, así que cada noche ella pasaba frente a mi casa en su uniforme, yo la esperaba y cuando la veía salía a su encuentro.
Siempre me quede con las ganas de tocarle los pechos a Marisol, jamás me lo permitió. Apenas sentía mis intenciones me sujetaba la mano. Yo quería hundir mis manos en ellos porque, a través del uniforme, se miraban tan firmes, tan redondos, tan bellos.
A los padres de Marisol no les agradaba que su hija tuviera novio, así que o se hacían los desentendidos o en verdad no lo sospechaban. Un día la reprendieron severamente porque algún chismoso o chismosa les dijo que se había ido conmigo a dar la vuelta en el carro de mi papá. Temían que algún adolescente cachondo la embarazara en su primera vez tal como sucedió.
Marisol comenzó a ser una incomodidad para mí debido al excesivo control de sus padres hacia ella y, consecuentemente, de ella hacia mí. Entonces, un día me vio despidiéndome de beso de Alejándra, mi vecina de al lado, de quien quizá hable después. Marisol, celosa como sus padres, me recriminó una noche y comenzó a llamarme "poco hombre", algo que no venía al caso siendo que ambos teníamos 15 años y que sospecho se trataba más bien de un diálogo aprendido en algún lado. Marisol quiso abofetearme pero alcancé a moverme; lo intentó una segunda vez, que también falló.
Así terminó mi relación con Marisol, la primera y única vez que fue de manera desafortunada.
Un par de años después vi a Marisol embarazada. Al día de hoy tiene dos niños y da la impresión de que su matrimonio no ha ido bien, se le nota en el semblante, en las maneras que ha adoptado. Aún conserva los rasgos de aquella niña bonita sólo que un poco erosionados.