miércoles, 26 de agosto de 2015

Hombre de familia

¿Alguna vez han pensado cómo sería su vida si estuvieran casados y con hijos?

Esto es un juego de imaginación, navegar en algo inexistente, en un tentativo universo paralelo en el que hay un yo, un tú, viviendo en otras circunstancias. Imagina que en éste momento que estás leyendo este texto, de pronto, un niño llega veloz gritándote “mamá, mamá, mamá!!”, o “papá, papá, papá!!”, y te levantas a atenderlo, porque quiere que veas algo, porque tiene hambre, porque quiere tu atención simplemente. Y tu esposo o esposa, hablándote de su día entre llamadas de atención a l@s niñ@s que arman un barullo en la sala; y los gastos, y los problemas tuyos sumados a los de cada uno de tus hij@s. Todo cambia, todo sería diferente. Y los cambios, cualquier cambio que pretendas hacer en tú vida tendrá repercusiones no sólo en ti. Tenías sueños, planes, aspiraciones que ahora van quedando pospuestas porque… primero son l@s hij@s, la familia. Adiós al sexo casual, adiós a la libertad de tener un@ o dos amantes, adiós a los lujos, al ocio (que ya sería un lujo), y quizá adiós al sexo regular (aunque en la práctica parece que en promedio los casados siguen teniendo más sexo que l@s solter@s).


Para Jack Campbell (Nicolas Cage), un broker millonario que vive  rodeado de lujos y bellas mujeres, no sólo es un vistazo producto de la imaginación; gracias a la intervención de una especie de ángel, puede experimentar en carne propia esa vida paralela en la que tiene una familia con dos hijos. Un día despierta en una casa de los suburbios, con una esposa y dos niños.

En pleno shock, el “ángel” se le aparece y le explica que es un vistazo: tendrá que vivir esa vida por un periodo indefinido.

Esta película me gusta porque nos muestra los dos mundos y lo opuesto que pueden llegar a ser: por un lado están las crisis, las dudas, los cuestionamientos que implica la rutinaria vida en familia, contrario a la desahogada y despreocupada vida de l@s solter@s en la que vives sólo para ti. Pero también me gusta porque deja abierta otra posibilidad y nos da un vistazo, aunque breve, a la posibilidad de una vida en pareja –sin hijos- y en la que cada uno se ha desarrollado de forma individual.

Yo tengo mis reticencias sobre la vida familiar, no es algo que apetezca, pero es una postura personal. Habrá quienes lo estén buscando y se visualicen en un futuro así. Personalmente, mi visión, el vistazo al que sí he recurrido es a la vida en pareja, sin hijos. Jamás me he visualizado con niñ@s. Tengo un problema con la responsabilidad a perpetuidad, diaria y en todo momento. Me gusta estar en paz, sin sobresaltos, tener esos momentos en los que hago lo que me gusta (por ejemplo, escribir).

Creo que lo importante es no vivir la vida que nuestro entorno nos dicta. No te casas y tienes familia porque así hace la mayoría, por pura inercia, y luego acabas frustrado y abandonando a tus hijos; como tampoco decides estar solter@ porque es la moda. Las modas son manipulaciones sutiles que te dan un sentido de pertenencia y que hoy o mañana las pueden cambiar y siempre estarás frustrado por tener que estarlas persiguiendo sin verdadera satisfacción.


Ojalá todos tuviéramos la oportunidad de echar vistazos a las muchas opciones que tenemos de vida y entonces escoger la que más nos gusta. Aunque no podemos hacerlo de la forma que lo hace Jack, creo que podemos tener una idea en base a la experiencia ganada al paso de los años, por eso la importancia de esta etapa de nuestra vida. Estamos solter@s, sabemos lo que es, lo que implica. 

La recomiendo, además sale la guapísima Tea Leoni.

domingo, 23 de agosto de 2015

Sueños de amor

Yo no sé cómo tomar lo que a veces me sucede cuando conozco a una nueva mujer. Porque a pesar de que he hecho una apología de la soltería, de que me siento bien viviéndola, no por lo anterior dejo de ser víctima de fantasías de amor. Suena cursi, lo reconozco, pero es una realidad. ¿Les ha pasado que conocen a una nueva persona que al primer contacto les resulta agradables y entonces se viajan en un sueño y haces una aproximación imaginaria de pequeños episodios de lo que podría ser tu vida con esa persona?

Me ha pasado.

Una vez llegó una nueva inquilina al edificio donde habito. Ella muy guapa, de una energía explosiva, siempre sonriente. Sucedió que le asignaron el cajón de estacionamiento detrás del mío, así que algunos días forzosamente teníamos que contactarnos y vernos para mover los autos. En mi imaginación salimos a tomar el café, charlamos, nos enamoramos, fuimos novios y acabamos viviendo juntos. Que jodido! Es bastante estúpido, pero me sucedió, y lo más gracioso es que me gustaba alimentar esas fantasías. Al final, en la realidad, salimos algunas veces sin llegar más allá pues resultó que tenía novio. Además el hecho de que alguien te llegue a gustar o a atraer no implica necesariamente que vas a compaginar con ella, aunque para conocer a alguien tampoco son suficientes unas cuantas salidas.

El camino de la fantasía a la realidad es incierto, pero no imposible. Sin embargo, es muy ambicioso creer que todas las personas que cruzan por tu camino y que te atraen sienten la misma atracción hacia ti. Más cuando sucede que esas personas puedan estar en algún tipo compromiso. En mi optimismo no existen los imposibles, sin embargo, si hay algo que pocas veces funciona es el forzar a que las cosas sucedan. Aun cuando no he logrado evitar esas fantasías –y supongo que ni quiero hacerlo- he procurado no viajarme tanto. No sé si es por la ordinaria reticencia que vas teniendo con la edad a todo lo romántico, o el miedo a la desilusión; o quizá una mezcla de ambas.


No creo que sea malo. Eso significa que aun tenemos lugar para la fantasía, para las ilusiones, para los sueños, y eso implica la existencia de una esperanza que aún poseemos; la amargura, el abandono y el pesimismo no han hecho mella en nosotros. El día en que dejemos de soñar, debemos preocuparnos.

Pero, ¿eso es una especie de traición o de contradicción a todo lo que he dicho sobre la soltería? La soltería no puede ser una moda ni una religión, aunque así quieran hacerlo ver por conveniencia mercantil muchos medios y empresas. Siendo la soltería un estado finito –que del futuro nada sabemos-, la disfrutamos, quizá con la esperanza de poder aspirar a un estado distinto, o hasta a mejorarlo. Es como desear ir a París y soñar con ello mientras estas recostado en la playa. No significa que no disfrutes del sol y la arena, pero siempre queda la esperanza de algo nuevo.


Supongo que seguiré fantaseando con cada mujer que pase de forma significativa en mi vida. Con algunas de ellas concretaré alguna cita, nos conoceremos, pero siempre la fantasía irá un paso adelante. No con todas llegas a algo, pero siempre queda abierta la posibilidad y eso es lo importante en esto como en todo: estar abiertos, no perder la capacidad de seguir viviendo, de soñar, de desear. No sé si ellas han hecho lo mismo conmigo, pero sería interesante saberlo y en qué forma, si en algo coincidimos, saber cómo me ven, cómo me visualizaron como su pareja… sería interesante.

viernes, 21 de agosto de 2015

El porqué de no querer hij@s.

No sólo llega a ser decisión de los solteros, también de muchas parejas que determinan posponerlo o, simplemente, no traer hij@s al mundo. En la red podemos encontrar artículos de opinión sobre las razones de “por qué no tener hijos”, así esta entrada abona al tema en una forma de validar muchas de esas razones que no son dadas al azar, sino que, por lo menos a mí, me han hecho ver que somos muchos quienes las compartimos. Se podría legar a pensar en que es ya un tema trillado, pero no, más cuando el no tener hij@s sigue siendo visto en muchos lugares como una afrenta social. Aún te miran como un “raro” cuando expones tu decisión; estando solter@ puede ser más tolerable, pero para quienes viven en pareja sin hij@s el extrañamiento es mayor. Así, estas son mis razones por las que considero que traer niñ@s al mundo no debe ser visoto como una simple cuestión de tradición, sino una responsabilidad que pocos, muy pocos asumen.

Comencemos por la cuestión de La responsabilidad. Un hijo implica una responsabilidad que va más, mucho más allá de la simple manutención; no son mascotas, y hasta a una mascota se requiere darle atención, amor y educación. Y aquí habría que separar la instrucción que se brinda en los colegios con la educación que debe darse en casa, algo que muchos padres no hacen ni logran diferenciar.

Les hablaré de un caso típico, muy común.  Unos amigos deciden ser padres, se embarazan y traen a una niña al mundo. Por cuestiones de inmadurez –aun cuando ellos tenían más de 30 años- discuten y se divorcian. La niña acaba viviendo de tiempo completo con la abuela materna, pocas veces convive con sus padres, ahora por separado en un tiempo repartido los fines de semana. Esta historia es muy común. Decidieron tener una niña para que la abuela la  cuidara. Ellos, inmaduros, no pueden salir de sus egoísmos y pelean por cada detalle estúpido. Eso es irresponsabilidad y no hay justificación para ella. Los niños no son mascotas que puedes dar en adopción cuando te estorban, aun cuando los “adoptantes” sean los abuelos.



Lo anterior no significa que por mantener la unidad familiar deban los hijos vivir las constantes peleas de sus padres, lo cual plantea un verdadero dilema lo que abona aún más a la difícil decisión de traer niños al mundo o no. Nadie sabe lo que sucederá en el futuro, pero tener un hijo no es como decidir sacar una casa en pagos; la casa puedes devolverla, esconderte –como muchos hombres hacen- y no pagar más, dejarla abandonada y ya. Un hijo, no. No debe ser una decisión tomada a la ligera, en ello va la vida de un ser humano.

El mundo apesta. Es algo que llegué a pensar que sólo yo consideraba. La visión pesimista que tengo del planeta, más concretamente de mi país, México, es una razón para no considerar correcto traer a un ser al mundo. La sociedad ha evolucionado, eso es innegable, pero hay cosas en las que ha retrocedido. Hablaré de México, de su situación y el contexto en el que estamos. México es un país gobernado por una mafia política que en los últimos años se confunde con la mafia del narcotráfico. Policías, gobernadores, senadores, jueces, militares y criminales están  mezclados de una forma cínica. México no es Afghanistan, ni Palestina, ni Serbia. Es un país sin un conflicto abierto y que se reduce a estallidos sociales que han tomado cierta envergadura. Así, en mi país se puede llevar una vida “normal”, puedes trabajar, estudiar, superarte, crecer,… y mientras el crimen no toque tu vida todo esta bien, de lo contrario, te verás inmerso en esa horda corrupta que inunda el gobierno en todos los sectores, desde el policía hasta el juez y el mismo presidente. Claro, México no es el mundo, pero es mi mundo, el mundo en el que me desarrollo y vivo. Pensar que mi hijo vivirá en Bélgica, en Canadá, o en otro mejor lugar, es una utopía, además sería un hijo lejos de mí, en algo muy similar a dejarlo abandonado con sus abuelos. Es mi visión pesimista del país, y siento que no  es el mejor lugar para que un hijo o una hija mía transcurran su vida.


La libertad. Para muchos esta es la parte en donde recurren a llamarnos “egoistas”, porque pensamos en nosotros más que en ese hipotético hijo o hija, pero eso ya lo traté en la entrada “El egoísmo de l@s solter@s”.

Algun@s solter@s, y también algunas parejas, hemos decidido dedicar nuestra vida a nosotros mismos; decidimos disfrutar de esa libertad que nos permite el no tener quién dependa de nosotros. Si eres un irresponsable tener hij@s o no tenerlos te vendrá igual, pero eso es una canallada.

Me gusta mi vida, me gusta estar centrado en mí, en mis gustos, en mis actividades, en mis placeres. Tener hij@s te consume la vida, porque así lo requiere. Hay quienes lo disfrutan, quienes viven feliz con eso y es magnífico, esos son los buenos padres, los que disfrutan a sus hij@s y están con ellos. Pero, en un acto de honestidad que todos deberíamos tener, la paternidad no es algo que me motive, al menos no en este momento.



Existe una gran cantidad de mujeres que viven como madres solteras, por consiguiente existe esa misma cantidad de hombres que no están con sus hij@s, y en lo que a mí respecta, en los casos que he conocido, muchos de ellos no tienen la mínima intención de ocuparse de ellos. Huyen, evaden su responsabilidad. Socialmente eso no se ve mal, pues es casi una regla hallar hombres irresponsables. A eso agreguemos la falta de educación de much@s niñ@s, -en México tenemos el primer lugar en Bullyng, lo que da una idea de lo fallida que esta la educación de l@s hij@s-. 

Desde mi estado actual, desde mi soltería, sin hij@s, sin haber dejado a una mujer en la soledad de educar a un@, veo que existe mucha irresponsabilidad en la decisión de ser padres, cuando es una decisión, porque aún en éste siglo, con tantos anticon


ceptivos, hay quienes son tan estúpidos como para embarazarse en la primera cogida. Yo tengo 36 años, viví con una mujer durante dos años y he cogido muchas veces; no tengo hij@s, así que no existe el embarazo por accidente, existe el embarazo por falta de educación y por estupidez.

sábado, 15 de agosto de 2015

Sexo entre amigos

Es casi una fantasía de película porno el desear tener sexo con tu amig@. No sé si en las mujeres sea tan recurrente como en nosotros los hombres, pero lo tomaremos como que sí. Lo mejor de todo es que esto puede suceder y sucede.

He tenido relaciones con amigas y ha sido una experiencia maravillosa. Es mucho mejor que hacerlo con una desconocida, y esto creo que es así porque conoces a la persona, hay un lazo amistoso que le da un toque especial. El sexo con pura pasión y erotismo es bueno, pero cuando existe un vínculo amistoso o existe amor, es aún mejor.



Además, existe la confianza y se conocen. Puedes llegar a un muy buen entendimiento en el tema, puedes experimentar, puedes hablar y, lo mejor, te pueden orientar en tus fallos y virtudes.

Quiero a mis amigas, y el sexo al contrario de volver ríspida la amistad, la ha mejorado, y si no, ha quedado intacta.

Otra de las cosas maravillosas de esto es que aumenta la confianza en temas íntimos, al final más desnudos no pudieron estar y las charlas sobre cuestiones sexuales e íntimas se vuelven más precisas.

Que si puede haber confusiones, claro, es un riesgo que corres si tu amig@ muy en su interior esta enamorad@ de ti, o si tú lo estas. Habría que saber si la atracción que sientes es sólo física o emotiva. En el mejor de los casos, pudieran acabar en una excelente relación de pareja (siempre he creído que una buena amistad puede ser la antesala de una excelente relación). En el peor de los casos te enamoras cuando para tu amig@ no eres más que eso, una amistad.

Quizá la mejor forma de saberlo es principalmente la honestidad con uno mismo. Si la otra persona te gusta, te atrae, te “mueve el tapete”, mejor ni te metas en ese embrollo y busca enamorarla. Pero si estas consciente de que ustedes son buenos amigos pero jamás funcionarían como pareja, pues ahí hay una posibilidad, siempre con la suficiente madurez de aceptarlo como tal.

Por ejemplo, una cosa importante es el respeto. Nadie quiere que lo estén jode y jode para ir a coger, quizá no porque no lo desees, sino porque a veces hay que coordinar los tiempos. Estar jodiendo sólo hará que la otra persona te mande a la fregada. Otra cosa para arruinarlo… los celos, los pinches celos tan estúpidos que contaminan todo. En lo personal, puedo hablar sin problema de los pretendientes de mis amigas aún después de haber tenido relaciones. Así que a la chingada con los celos.



Quizá la pregunta que ronda en sus mentes es ¿Cómo logras acostarte con una amiga o un amigo? Pues creo que es la honestidad y el respeto. Bien puedes ser directo y, como se dice, cantársela. Pero si te dice NO, es NO. Ya no vuelvas a joder nunca.

Las cosas se van dando con la confianza al ir tocando temas cada vez más íntimos, al ir tanteando qué tanto pueden confiar en ti. Porque nadie quiere salir lastimado, ni que exista confusión y días después estés fregando con que te has enamorado y ya valió madre todo. Tocar el tema en broma también puede resultar, pero siempre entendiendo que No, es No. Y mucha paciencia, nada de presiones, nada de acoso, nada de estar fastidiando.

Si has tenido o llegas a tener la suerte de tener una relación de amistad de éste tipo, sabrás que es maravillosa. Hacer el amor es sabroso, y así como puedes disfrutar de un café con tu amigo o amiga, puedes hacer el amor –o tener sexo-. Es rico, es muy bueno cuando se hace con madurez.

Llegado a este punto pienso en mis amigas. Las quiero y jamás traspasaría los límites que pongan. Esos momentos han sido maravillosos, lástima que no sean tan seguidos. Las quiero y las valoro, y desde aquí deseo que en su camino encuentren todo lo que desean.


Si tienen la suerte, no la caguen.

Solter@ amante.

Estando solter@ es muy probable que en algún momento acabes enrolado en una relación o en una aventura con una persona casada, y creo que l@s cadas@s suelen buscar más l@s amantes solteros, pues supongo que lo que más desean es huir de la monotonía del matrimonio.

Lo anterior lo digo porque yo he jugado el papel del amante; así es, he sido “El sancho”, “El segundo frente”, “El otro” o como se le llame. Y llegados a este punto le daré un consejo a los cornudos y cornudas: si saben que su pareja les es infiel y logran saber quién es su amante, en lugar de ir a madrearlo reúnanse con él o ella y hablen, escuchen lo que tienen que decir de su fallida relación, porque si algo sabe un amante es de qué cojea la relación que esta allanando.

Así es. L@s infieles no sólo buscan sexo –ojalá fuera tan simple como eso-, principalmente buscan quien los apoye moralmente, quien los arranque, aunque sea por unas horas, de su miserable y frustrante vida; quieren sentirse vivos, querid@s, desead@s, y l@s amantes nos convertimos en una especie terapeutas que escuchamos, casi en cada cita, de los absurdos problemas que llevan al fracaso a las parejas.


No puedo hablar de los hombres infieles tanto como de las mujeres, aunque estimo que existirán muchas similitudes, pero una mujer que ha sido “La otra” podría decirnos sí lo que expondré de las mujeres infieles es muy parecido a lo que un hombre infiel suele contar.

¡Pongan atención, cornudos!

Me sorprende la cantidad de mujeres con pareja que viven insatisfechas sexualmente, y mi sorpresa es por dos razones. Los hombres si de algo se jactan –porque no es mi caso- es de ser diestros en el arte de la cogida; presumen de ser galanes y cogelones, pero sólo eso, presumen y presumen y presumen, porque cuando tienen a una mujer con ellos… fallan. Así que esa presunción es pura faramalla! En lo personal esas pláticas de machos me aburren. La otra cuestión es que se cree que las mujeres, contrario a los machos cogelones, no tienen apetito sexual. Falso!! Las mujeres quieren sexo y sus parejas no son capaces de satisfacerlas.

Las mujeres con las que he estado se quejan de lo anterior. He visto su frustración, su incomprensión y su depresión, porque al no sentirse deseadas y que su pareja no quiera cogérselas (Vaya ironía!!) a muchas les desanima la vida.

En realidad aman a su pareja. Los que confundan amor con sexo dirán que no se puede amar a alguien si se le es infiel… falso! Muchos infieles, sea mujer u hombre, muy en el fondo no desean abandonar a su pareja y la infidelidad suele ser una forma de aviso, de sacudida para llamar la atención, un “hazme caso, aquí estoy”. La infidelidad es la antesala del fracaso en la pareja, es el último recurso y muchas mujeres dudan mucho antes de ser infieles.

Otra cosa es el desinterés. El tener un compromiso con alguien no implica que será eterno, ni que deba permanecer a costa de la felicidad; quienes así lo creen consideran que al haber hecho un compromiso pueden relajarse, al cabo ya firmaron un contrato perpetuo. Conmigo se han quejado de la relajación de su relación, de que ya no “hacen nada”, de la apatía de su pareja, de su vencimiento ante la vida. Es uno de los males de toda pareja y muchos caen vencidos. Sin embargo, cuando uno de ellos aún tiene deseos de vivir, buscará hacerlo… entonces aparece el o la amante que les devuelve la vida.

La infidelidad es un síntoma de una mala relación en pareja. Muchas veces se debe a tonterías como los celos, la falta de libertad –no confundan con libertinaje-, la falta de individualidad y de apoyo en los intereses de cada uno como seres humanos; el estancamiento, la inseguridad personal y la falta de comunicación. Por eso no es bueno casarse a lo buey, ni a corta edad. 

L@s solter@s por otra parte debemos ser conscientes de algo, en la mayoría de los casos el o la infiel no abandonara a su pareja. Quien quiere abandonar a su pareja lo hace y no anda con pretextos, que no se hagan pendejos y no quieran marearlos con el trillado “ya me voy a divorciar”. No lo harán: o dejan a su pareja o no lo hacen, no existe un punto medio.


Así las cosas, el o la amate de su pareja puede ayudarles más de lo que creen. L@s amantes no tenemos la culpa de sus torpezas, no vengan a madrearnos que eso en nada ayuda a su relación; mejor hablen con nosotr@s y les diremos en qué están fallando para que lo corrijan.

Uno aprende mucho de esos encuentros, y somos testigos de que muchas parejas están en crisis, de que vivir en pareja no es lo que aparentan. Sabemos que muchos fingen ante la mirada de las amistades y de la familia. Tu sabes que te has acostado con la esposa o la novia, y que esa aparente buena relación es falsa, sabes de qué adolecen y sabes que es una tontería. Si tan sólo pudieras decirles.

Me viene a la mente una frase de una canción de los Huracanes del Norte: "Yo soy quien besa a tu esposa mientras te encuentras dormido"

Les recomiendo leer Amantes VS Esposas, de Ana Flor Raucci.  


Imágenes tomadas de los siguientes enlaces. 

domingo, 9 de agosto de 2015

Buscar novi@.

Entonces te dicen “búscate un novio”, “consíguete una novia”, o el famoso “ya te hace falta novi@” que de escupen cuando haces una rabieta. Buscar novi@, es extraño pero lo hemos hecho, o quizá lo estemos haciendo. ¿En verdad? ¿Es cierto que buscamos pareja? ¿La necesitamos?

Por ahí dicen que somos seres sociales y es por eso que “necesitamos” de una pareja. Sin embargo, por otro lado leemos tantas opiniones que nos dicen que debemos poder vivir sol@s, que basta con amarse a uno mismo, que no necesitamos de nadie para sentirnos bien o para ser felices.

¿Qué es lo que verdaderamente queremos? ¿O es que nuestras necesidades, nuestro bienestar debe quedar supeditado a las opiniones “científicas”? Vivimos en una época en la que lo científico lo damos por cierto, y quién no ha leído por ahí esas abundantes explicaciones de “la química de las emociones”, o de los “traumas infantiles” que nos llevan a ser incapaces de amar o de amar todo lo que se mueve.

Éste es un blog escrito por un soltero, una especie de apología de la soltería pero, sin embargo, como ya escribí en otra entrada (“La soltería como un estado de construcción personal”, pinche título tan largo), no podemos pensar en ella como un punto definitivo en nuestra vida, de la misma forma en que nadie puede asegurar que la relación en la que está será eterna.

Como muchos, he tenido parejas a lo largo de mi vida y con una de ellas llegué a vivir dos años. Hay algo que sé de este trayecto de mi vida: vivir en pareja es maravilloso. Pero ahora, por circunstancias que no trataré en este momento, llevo un periodo viviendo solo y creo que la soltería es un estado que muchos deberían permitirse en su vida, la veo como un estado en el que uno puede crecer personalmente y conocerse a sí mismo. La soltería, el vivir sol@s, es el momento en el que puedes vivir y experimentar muchas cosas, eres libre, y el único compromiso es con uno mismo. Podrá sonar trillado, pero puedes hacer lo que quieras sin que nadie te joda, con la única desventaja de que debes lidiar sol@ con las consecuencias de tus actos pero gozas de una libertad que muy pocos tienen, por lo que tus actos pocas veces llegaran a lastimar a alguien que no sea a ti mismo (No hay que confundir “libertad” con “cinismo”).

Entonces estamos en un periodo de soltería, pero… ¿quisiéramos una pareja? Pongámoslo como una pregunta hecha por alguien, de esas que seguro a todos nos han hecho.

.-¿Te gustaría tener una pareja?

Mi respuesta sería “Sí”.

Entre la familia tradicional y la soltería hay un universo de posibilidades de vida. Además, soy de los que cree firmemente que la “familia tradicional” está cambiando para bien, y en algunas personas existe más consciencia de lo que implica tener una familia con hij@s; por otro lado estamos los que creemos que no es correcto traer hijos al mundo a lo pendejo, más cuando vemos la cantidad de matrimonios disueltos en los que l@s niñ@s son víctimas de la inmadurez de sus progenitores. Afortunadamente, como he dicho, hay un mundo, y sé, por experiencia, que la vida en pareja puede ser maravillosa. Así, el desear vivir en pareja no tiene por qué implicar acabar llenos de hijos y llevando una vida rutinaria con sus infidelidades y sus “fiestas de guardar”.

Puede ser que muchos de nosotros tengamos una mala idea de las relaciones en pareja derivado de una mala experiencia. Pero tenemos una ventaja frente a quienes se han quedado atrapados en ese círculo vicioso de una relación destructiva: nosotr@s estamos solter@s y podemos corregirnos, podemos mejorarnos como personas y volver a entablar una relación mucho mejor, más sana, más constructiva. Salvemos al mundo!! Ja! No es que quienes están inmersos en una relación destructiva no puedan hacerlo, sucede que es más difícil y pocos tienen el valor de romper con años de tradición.

Entonces, ¿buscamos o no buscamos novi@? En lo personal, espero poder conocer a alguien con quien pueda vivir mejor de lo que vivo ahora, al final, al paso de los años, lo que aspiras es a mejorar, no a empeorar. Evidentemente, quien puede vivir feliz en su soltería está más en condiciones de hacerlo en pareja. Por eso creo importante aprovechar la soltería para saber quiénes somos, qué queremos, que aspiramos, qué “defectos” y virtudes forman nuestra personalidad. Así podemos ser más honestos con nosotros mismos y encontrar gente acorde a nuestras características, que no necesidades, porque no es lo mismo desear vivir en pareja que necesitar hacerlo.


Últimamente se ha hecho mucha propaganda a la soltería como una respuesta a los males en las relaciones de pareja, pero es algo tramposo, porque antes que buscar mejorar la convivencia en pareja se ha puesto de moda la cara opuesta. No comulgo con eso, porque en esta actitud se da por hecho que no hay otra opción que soltero-familia. ¿Se aspira acaso a una sociedad de hombres y mujeres solitarias, aislados, amargados sólo porque la familia tradicional ha mostrado sus fallas? No, hay que tener cuidado con lo que los medios ponen de moda. Entre esos dos opuestos hay una variedad de opciones, y antes de acabar en una sociedad de parias deberíamos explorar la posibilidad de formar mejores relaciones personales, no sólo las sentimentales, sino también las amistosas y comunitarias.

No hay que lamentarse ni sentirse menos por no tener pareja. Hay que verlo como una oportunidad de mejorar personalmente. Al final, llevar una vida infeliz en pareja no es una alternativa para huir de uno mismo. Claro, no puede uno pasarse los días encerrado y esperar que el pizzero sea la persona indicada. Si estamos abiertos a la posibilidad de compartir nuestra vida con alguien, necesitamos que nos dé el sol de vez en cuando, hacer lo que nos gusta, aprender, conocernos… eso funciona más que las reuniones de solter@s o que salir a ligar, aunque yo jamás he ido a una reunión de solter@s, pero he intentado ligar y para eso siempre he sido un fiasco.


No hay nada peor como sentirse solo y frustrado estando acompañado.

Los días malos en la soltería

Estos últimos días han sido difíciles, y es en estos momentos en los que el entusiasmo por la soltería se tambalea. Los días malos han venido sin dar tregua y la conciencia de la soledad se vuelve más evidente y pesarosa; desearías que al final del día alguien te dijera algo o de menos te escuchara para aliviar un poco la carga.

Ya sea por decisión o por consecuencia vivimos solos y supongo que eso tiene sus consecuencias. Tengo 36 años y la mayoría, si no es que todos mis amig@s, están casados. No sé si sea sólo una impresión mía, pero a veces presiento que mis problemas son desestimados por ellos; ¿será por el estereotipo del (la) solter@ divertid@?, ¿Será cierto que en efecto nuestros problemas no alcanzan a compararse en gravedad con los de ellos? ¿O será que tienen su vida tan ocupada que no tienen el tiempo de escucharte?


Supongo que es el precio que se paga y cuando estamos inmersos en dificultades, cuando los días son malos, resulta obvio que nos sintamos tan solos.

Estos días he tratado de buscar quién pueda escucharme, sin éxito. Ya sé que podría parecer un acto de auto conmiseración, sin embargo, no puedo pasar por alto el hecho de que cuando llego a reunirme con alguien acabo siendo el objeto de desahogo y cuando pienso que es mi turno de hablar sobre lo que me sucede –apelando a esa equidad en cualquier diálogo entre dos personas- detecto en su actitud una desvalorización de mis problemas. ¿Será verdad que los problemas de un solter@ son menos importantes que los de un casad@, divorciad@ o de alguien con pareja? 

Me he sentido realmente extraño estos días y he decidido volver a mi casa, reposar, embriagarme y esperar que dentro de mí emerja esa voz que pueda darme una idea de la forma en que puedo salir de las dificultades. No es drama, no soy un mártir, sólo que es algo nuevo: esa sensación de que tu vida y la de tus amig@s es totalmente distinta. Vamos, ni siquiera he podido encontrar a alguien con quien beber mientras se diluyen las penas. 



Ha sido un poco frustrante y no miento al decir que he experimentado una extraña sensación de abandono. Me he encontrado "tocando puertas" en busca de quién pueda escucharme y no lo he logrado. Tengo esa sensación de que mi vida ya no empata con la de mis amig@s. Supongo que es eso. Supongo que habría que buscar a alguien con las mismas similitudes.

Así es nuestra vida a veces. Es el precio, supongo.

domingo, 2 de agosto de 2015

Rosa, mi gata.

A Rosa me la regaló mi última pareja, así que de alguna forma quedo fuera de esa asociación solter@s-gatos (O será que fue una forma graciosa de condenarme por parte de mi ex?). La historia es que la dejaron abandonada en una veterinaria, la pusieron en adopción y mi novia de entonces decidió adoptarla. Sin embargo, ella tenía un Schnauzer y comenzó a tener problemas con la convivencia entre ambos. Me la ofreció y sin dudar la acepté.
 
Rosa tenía 3 meses de edad. Era la primera vez que tenía un gato. En mi familia siempre habíamos tenido perros; como muchas personas guiadas sólo por las habladurías absurdas de la gente, siempre tuvieron en mala estima a los gatos y por eso jamás se consideró la posibilidad de tener uno. Confieso que a mí siempre me gustaron, pero donde manda capitán no gobierna marinero.



La primera noche Rosa la pasó escondida detrás del sofá. Cuando me asomaba a mirarla, me rugía de la forma como una gata de 3 meses puede hacerlo. La dejé en paz y desde entonces así ha sido. Con cerca de año y medio conmigo creo que jamás la he regañado, mucho menos la he golpeado.

Quizá por el hecho de ser primeriso, o por no saber nada sobre los gatos, Rosa creció viendo satisfechas todas sus exigencias. Cómo iba yo a saber que los gatos son cabrones, manipuladores y con un carácter tan opuesto al de los perros.

Contrario a éstos últimos, los gatos no adolecen de esa fidelidad enfermiza y patética de los perros. Puedes golpearlos, dejarlos sin comer, regañarlos, restringirlos, torturarlos y seguirán ahí, contigo. Muchos celebran esta actitud y enaltecen esa fidelidad sin condiciones de los perros. Pero es, a mi parecer, un amor y una fidelidad insana, pues llegan a perder toda dignidad, todo amor por sí mismos. Es algo impresionante. No odio a los perros, como seres vivos –como a todos- los respeto y los quiero. Jamás abusaría de ese amor enfermo para maltratar a uno como muchos cruelmente lo hacen.

Los gatos, por el contrario, poseen una dignidad casi humana. Mucha gente no los tolera porque siempre ponen en duda nuestra autoridad, ya que para ellos tal cosa no existe. Son incondicionales en la medida que uno lo sea con ellos y exigen reciprocidad. Los gatos jamás aceptaran estar en un nivel jerárquico inferior, por eso aman las alturas, porque no es costumbre de ellos mirar hacia arriba.

Otra diferencia es que los perros comen cualquier cosa que les lances, así sean nuestros desperdicios o el alimento más inmundo. Los gatos, no. Y esto tiene que ver con ese refinamiento propio de ellos. Por muy “fino” que sea un perro, no dudará en meterse al estiércol, jamás caminará con la elegancia de un gato ni comerá con finura. Los perros cuando comen degluten. Son atascados, desordenados y sucios. ¿Has visto alguna vez a un perro asearse tras comer? Aún más ¿has visto a un perro asearse alguna vez?

No es que los gatos sean traicioneros, sucede que son honestos: si no quieren estar contigo se van. Si ya no quieren seguir jugando, te lo hacen saber. Si los estas fastidiando, te fastidiaran sin reservas. No hay que olvidar que para un gato no hay jerarquías, así que no podemos tomar una actitud de amos ante ellos.

Me agrada esa convivencia. Una convivencia sin rivalidades, sin jerarquías, sin desplantes absurdos de autoridad o dominio. Será que no tengo ninguna necesidad de ejercer dominio sobre nadie.

Aclaro, me agradan los perros. Son seres maravillosos a pesar de mi crítica. Que no se lea como un llamado a odiarlos, y lo aclaro porque los fanáticos son cabrones e impredecibles. No creemos una mala imagen de los perros como se ha hecho con la de los gatos.

Esta es Rosa, mi gata. La envidio. Sólo duerme, come, caga, juega… y exige. Con tantos privilegios sería justo que me ayudara con los gastos, o al menos que lavara los platos, pero ella no lo ve así. Cree firmemente que merece esa vida. Creo que es un poco como los políticos: ella disfruta mientras yo, el pueblo, trabajo para mantener su vida llena de lujos.

sábado, 1 de agosto de 2015

Zoë Ligon, la mujer que se ha acostado con 99 hombres.

Pippa Vacker. Instagram.
Lo primero que me ha provocado saber de la existencia de esta chica es envidia. Sí, y me he puesto a pensar en cómo podría igualar ese promedio de un amante mensual. No sé ustedes, pero para mí la vida sexual de Zoë, alias Pippa Vacker, es envidiable.


La noticia es interesante no sólo por el número de amantes que ha tenido, sino por tratarse de una mujer y esto no es algo que yo resalte, pues ella misma es consciente de que el hecho de ser mujer la deja en un estado de señalamiento social distinto al que tendría si fuera hombre.

Es triste que ella pueda adelantar el hecho de que algunos y algunas la tomaran por una “puta” y una “zorra”, que al final se utilizan de la misma forma. Esto revela la inequidad que aún prevalece en la mentalidad de algun@s, en el que la mujer, culturalmente, no tiene permitidas ciertas conductas que en el hombre son celebradas y hasta llegan a ser parte de su estatus masculino. Un hombre con una vida sexual activa es un HOMBRE -con mayúsculas- un Don Juan, y a nadie le molesta que le tomen por un Don Juan. Sin embargo, una mujer que se acuesta con muchos hombres es una Puta, zorra, una enferma, una depravada, una cualquiera, un ser humano que ha perdido todo valor social y comunitario y que bien puede ser castigada por su conducta. En muchos países -México incluido-  se tolera y se practica el “castigo social” a las mujeres que rompen las normas morales que desde la infancia se les han impuesto.

La sexualidad de las mujeres aún sigue siendo una propiedad social, religiosa y hasta del Estado en el que habitan. Son estos tres entes los que siempre se han creído dueños del cuerpo y la sexualidad de las mujeres, siendo que, en contraposición, no existe tal trato hacia nosotros los hombres.

Ejemplos de lo anterior abundan, aún en nuestra sociedad occidental y en las grandes ciudades que se presumen de ser culturalmente adelantadas. Basta con ver la diferencia en el trato que se da a los protagonistas de los llamados “escándalos sexuales” que llegan a inundar las redes. La mujer es la que siempre sale peor juzgada por la opinión social. Como ejemplo, basta leer la cantidad de comentarios de resentidos y resentidas que le han dirigido a Zoë. 


Siempre he creído que las restricciones que se han puesto por años a las mujeres nos han vedado la posibilidad de acceder a un mundo más variado y menos complejo. Quien ha hablado con mujeres, quien se ha ganado su confianza, sabe que sienten y desean igual que nosotros; sin embargo, la mayoría oculta estos deseos, conscientes de que en ello la sociedad determina su reputación. Ojalá las consecuencias, en el peor de los casos, sólo llegaran al rechazo social, pero cuando una mujer no cumple con las normas morales que se le han impuesto, en muchas ocasiones quedan a merced de que cualquiera pueda “castigarla” en la forma que crea conveniente, pudiendo llegar al extremo de quitarle la vida.

Como hombres hemos perdido más de lo que hemos ganado con esta insistencia de fastidiar y juzgar a las mujeres. Creo, estoy seguro, de que en la medida que nos dejemos de estas tonterías podremos convivir mejor.

Como breviario cultural recomiendo leer algunos libros: La repudiada, de Eliette Abecassis; Nacer mujer en China, de Xinran Xue; Yo Puta, de Isabel Pisano y Pornoterrorismo de Diana J. Torres.

El blogg de Zoë Ligon, o Pippa Vacker: http://pippavacker.tumblr.com/

Imágenes tomadas de las siguientes ligas. 

http://www.yorokobu.es/fantasias-sexuales/